Ya estoy aquííiiiiiiiiiii

¡No, por Dios, se han acabado las vacaciones!

Y aquí estoy, en los últimos momentos de tranquilidad dándole caña al blog. Debo de estar loco.

En fin. Por dar cuatro pinceladas personales, el viaje a Nápoles muy bueno pero agotador. La ciudad es caótica, y un diamante en bruto: nunca he visto un centro Patrimonio de la Humanidad tan cutre y destartalado. Pero claro, seguramente así eran todos los centros de las ciudades que hoy son patrimonio de la humanidad, porque está claro que jamás hasta finales del siglo XX estuvieron tan arreglados y limpitos como están ahora. Luego, la región de Nápoles es una joya: Vesuvio, Pompeya, Herculano, Costa Amalfitana, Paestum. Eso sí, Capri es masificación turística y un sacaduros. Los italianos del sur, pues sur-realistas. Lo más plus del la desorganización fue un restaurante en que estuve en que había un montón de camareros corriendo y sudando la gota gorda, yendo de acá para allá con platos y más platos, y mientras las mesas (incluyendo la mía) sin servir. ¡Qué gran argumento para una obra de teatro del absurdo!

Eso sí, si algo me quedó claro de este viaje es que hasta para el turismo cultural hay que ser rico, porque acabas hecho polvo de ver tantas cosas en tan poco tiempo, y que apenas te queden ratos libres para disfrutar (dígase vaguear sin hacer nada) por la ciudad que visitas. Ese ha sido siempre uno de mis objetivos: ser un viajero al estilo de los del "Gran Tour" del siglo XVIII, es decir, residir un tiempo en la ciudad que se visita, y no ir quemando la zapatilla como vamos los turistas de ahora.

En la playa hice deberes, no os preocupéis: visité la sede de la empresa audiovisual Digivisión en Reus (casi, casi, un nuevo cliente para Histania), dejé medio apañado el artículo para el blogbook de Dioni Nespral, me leí un libro interesantísimo sobre explorar información (de 1986, ojo al dato, y de rabiosísima actualidad, ya os contaré), y reflexioné sobre el curso que se me echa encima y mis objetivos profesionales (consolidar mi puesto en la Comunidad de Madrid, aumentar el mercado de Histania, y divulgar mi concepto de Google Humano - Explorador de Información).

El tópico de esta época (que detesto) es decir que uno ha venido con las pilas cargadas. Mentira. Si por mi fuera me habría condenado a vacaciones perpetuas. Además, vienen meses con mucho trabajo, incertidumbres y esperanzas. Menos mal que disfruto con lo que hago.

Aupa atleti. En este nuevo año académico mi equipo y yo terminaremos jugando en Champions.

Vacacioooooneeeees

Por fin llegó el momento que estaba esperando, el de desconectar de todo e irme de vacaciones. Primero a Nápoles, a disfrutar de la ciudad, la región y Pompeya, y luego a Peñíscola, a tumbarme a la bartola y a tratar de recuperar lecturas atrasadas.

Me voy con la cosilla de que tengo varios proyectos pendientes. El fundamental, terminar mi página web personal con la que construir mi marca personal y venderme aún mejor como profesional. A día de hoy tengo casi terminada la plantilla, así que queda maquetación web (¡menudo tostón el HTML y el CSS!) y hacer pruebas. Espero que para mediados de septiembre esté terminada y pueda presentarla a los medios.

Luego hay otros proyectos que tendrán que esperar a que regrese: preparar una guía personalizada para ser distribuida en un apartamento turístico, la colaboración técnica con el portal web Municipalidad y Cultura que recientemente se me ha propuesto, y poner firmes a los emprendedores que asesoro en la Comunidad de Madrid, que han estado muy vagos en julio.

También me queda un tema que no quería dejar de reseñar: elaborar el artículo que me ha propuesto Dioni Nespral (creador del concepto "Business Time") para el libro colectivo "El futuro es tuyo. La revolución social de las personas". Su iniciativa era demostrar que es verdad lo de la famosa portada de Time diciendo que los personajes del año éramos nosotros, y para ello propuso a la pandilla de emprendedores e innovadores que nos juntamos por Madrid y aledaños el hacer un blogbook hablando del poder de los individuos en los entornos empresariales y sociales. Me pareció genial. Si sale un buen libro podría hasta publicarse en papel y darnos visibilidad a todos los que participemos en él, ya que sería una lectura de referencia para reflexionar sobre qué hacemos y a donde vamos hoy en nuestras vidas profesionales. Yo, por supuesto, hablaré de la relación entre el individuo, la información y como usarla para su beneficio.

Pero antes, vacacioooooooooooooooones. Nos vemos a la vuelta.

Explorando información para mis vacaciones

Este año por fin voy a cumplir uno de mis sueños: VISITAR POMPEYA. Después de darle muchas vueltas entre mi mujer y yo al final decidimos como viaje de verano irnos a Nápoles y visitar su región, que es impresionante por la cantidad de cosas que hay: ruinas desde etruscas, griegas y romanas, la propia ciudad de Nápoles que es Patrimonio de la Humanidad, 2 palacios borbones, castillos y barrios medievales, la maravillosa isla de Capri, la de Ischia y sus baños termales, la impresionante costa Amalfitana, sin olvidarnos del Vesubio y otros parques naturales. Me lo voy a pasar como los enanos “jartándome” de ver cosas.

Ahora que tengo ya bastante preparado el viaje, y pensando en darle al blog un toque más veraniego, me he puesto a pensar como he explorado información para organizarlo todo. Y la verdad, en mi opinión, es como si hubiese hecho un trabajo de consultoría para una empresa. Además se vuelve a cumplir la regla de que si unimos los 3 universos de la información (documentos digitales, documentos físicos y personas) conseguimos un producto (en este caso mis propias vacaciones) sólido, atractivo, eficaz y eficiente.

Os cuento.

• En un principio barajamos la posibilidad de ir o a Costa Rica, a visitar a unos buenos amigos, o a Escocia en coche. Tras unas búsquedas en webs de viajes descartamos ambas posibilidades por precio y porque el viaje no se ajustaba a nuestras exigencias (yo quería al menos 10 días de viaje, cuando la mayoría de los paquetes ofrecían solo 7). Aquí, por cierto, se ve una de las grandes limitaciones de Internet: si lo que buscas coincide con los paquetes que se ofrecen (de viajes en este caso), la Red es una buena herramienta. Ahora, como desees personalizar tu viaje, o quieras hacer algo tan sencillo como pedir consejo a un profesional (tu agente en una agencia de viajes) Internet ya no es tan práctico. Vale, puedes meterte en foros y navegar por diversas webs, pero es complicarse la vida cuando quieres una opinión profesional fundada y rápida.
  
  
• Al final, como Internet era muy rígido en sus ofertas, fuimos a un par de agencias de viaje. Allí nos dieron información en papel que, aparte de ser mucho más rápida de navegar que una web, nos permitía más posibilidades de estudiar posibles destinos y de personalización del propio viaje. Respecto a las disponibilidades y precios, obtuvimos información y efectiva de las personas que nos atendieron (lógico, son profesionales que están hartos de contestarme a esas preguntas)
  
  
• Dando vueltas a los folletos al final aparecieron varios destinos en los que no había caído, ya que las páginas de Internet eran muy rígidas y no me sugerían otros destinos para los que había paquetes. El que más me llamó la atención era el de Nápoles. La agencia ofrecía viaje+hotel+coche, y me incluía una propuesta de itinerario para 7 ó 10 días. Me pareció superinteresante, máxime cuando una de mis ilusiones siempre ha sido ir a Pompeya.
  
  
• Con ese viaje ya decidido entre mi mujer y yo nos fuimos a Internet (concretamente a Terminal A), y ahora sí, buscamos a tiro hecho viajes a Nápoles. Pero no buscamos un paquete, sino un avión, luego un hotel y luego el coche. Y mira por donde, si nos lo montábamos nosotros nos salía más barato que con el paquete de la agencia. ¡Y además nos regalaron 2 noches de hotel por hacer la reserva por Internet!
  
  
• Reservado el viaje nos faltaba la información para organizarnos las visitas. Acudimos a las siguientes fuentes:
  
  
• Internet: de nuevo sobredosis de información desorganizada para lo que quería. Me volvió más loco que otra cosa.
  
  
• A sugerencia de mi mujer (tuvo una genial idea), fuimos a la oficina de turismo italiano en Madrid (Pº de la Castellana 149). Fueron muy amables, y nos llenaron de folletos (y hasta un vídeo) sobre la región y sobre atracciones superdestacadas. Con sus regalos ya podíamos hacernos una idea de los “must” que hay que ver en Nápoles. La única pega era que la información estaba un poco desactualizada.
  
  
• Luego fuimos a la Casa del Libro a explorar los estantes con guías. Las había de todo tipo, incluida también de Nápoles y su región. Me gustan especialmente las Guías Visuales de El País Aguilar por la exhaustividad de la información. El problema es que la de Nápoles era un libro de 255 páginas (y que valía 30 euros), demasiado para lo que yo quería: organizarme los 10 días que va a durar el viaje. Al final me decidí por otro libro de la misma casa: Nápoles Top 10. Se trata de una versión resumida de la Guía Visual que tanto me gusta, pero haciendo diversas selecciones de “los 10 mejores”. Por ejemplo: los 10 monumentos imprescindibles, los 10 paseos más románticos, los 10 hoteles más económicos, etc. Justo lo que necesitaba: información clara, precisa, organizada y en cantidad suficiente (y menos de 12 euros).
  
  
• Pero Gema y yo no nos quedamos allí. Tras leer los folletos que nos dieron en Turismo Italia y medio leer lo más importante de la guía, hablamos con su prima Yolanda, que vive en Italia. Ella ha estado en Nápoles 2 veces, y nos ha confirmado detalles que ya sabíamos por las guías, pero que se revelan importantes: no alquilemos un coche más que para ir a la Costa Amalfitana (el tráfico es caótico, roban en los vehículos, y el tren llega a todas partes excepto a esa costa por ser falda del Vesubio), que evitemos ciertas zonas, y que no nos perdamos ni tal palacio ni, por supuesto Pompeya. Ah, y que llevemos gorro que allí no hay sombra, y que nos preparemos a tener los mayores gastos en botellas de agua.
  
  
• Ah, si tengo un rato, me meteré en el Google Earth a echarle un vistazo previo a las zonas que quiero visitar.

Aunque lo que os he contado pueda parecer un poco banal, creo que demuestra que en cualquier situación de tu vida, como por ejemplo cuando te montas tus merecidas vacaciones, saber explorar, seleccionar y analizar información obtenida en fuentes diversas y solventes tiene premio: la tranquilidad y seguridad de que vas a disfrutar de algo muy bueno.

Prometo poneros fotos.