martes, 24 de junio de 2008

Conferencia en el Congreso Internacional de Ayudantes de Dirección y Personal Assistants


El pasado día 11 tuve el honor de dar en Barcelona una conferencia en este prestigioso congreso titulada "Más allá de Google: cómo ser expertos en búsqueda de información óptima para el directivo y la empresa". Pasé un rato excelente en compañía de un colectivo, el de secretarias de dirección, que tiene fama de saber "más que sus jefes". También conocí a una interesante persona que me supondrá un valioso contacto: José María Acosta, experto en gestión del tiempo. Desde aquí quiero agradecer a la organización del congreso, y en especial a su directora de eventos Mireia Ranera, la deferencia por invitarme y su interés por los temas que traté.

Enfoqué la conferencia de la siguiente manera. Lo primero fue hacer ver a la audiencia la importancia de conocer como está organizado el universo de la información. Especialmente hay que ser conscientes de que, por mucho que nos empeñemos en creerlo, en Internet ni está todo lo que buscamos ni es la solución a todos nuestros
problemas. Solé usar varias de las "estadísticas descacharrantes" que ya he presentado en alguna otra ocasión en el blog.

A continuación ofrecí una buena lista de fuentes de información a disposición de todo aquel que se moleste en ir más allá de la cajita blanca de Google: redes sociales, buscadores especializados, bases de datos, directorios, blogs. Reconozco que no es lo mismo hablar de estas fuentes que experimentarlas en vivo, usándolas en algo que habitualmente hacemos en nuestro trabajo. Con todo el objetivo que me propuse creo que quedó cumplido: hacer ver la cantidad de herramientas que hay disponibles en Internet, y que merece la pena invertir un tiempo en aprender a usarlas.

De todas maneras no me engaño, sé que Google es el rey, y dediqué otra buena parte a explicar como sacarle más jugo al buscador: funciones avanzadas de búsqueda, funcionalidades de la página de resultados, comparativas de resultados con Yahoo!, sugerencias para refinar las búsquedas.

Finalmente insistí en el tema de la calidad de la información. Las prisas, las ganas por cumplir, o simplemente un nivel bajo de autoexigencia nos hacen confiar muchas veces en los primeros resultados que aparecen en un buscador. Ser conscientes de unos cuantos criterios y tener algunos sanos hábitos (principio de autoridad, comprobar tu información con otras fuentes) nos ayudarán a saber distinguir lo que necesitamos del ruido informativo.

Luego vino el turno de preguntas. Me sorprendió que muchas de ellas se interesasen más por el uso de los navegadores que por las herramientas de Internet en sí. Como una herramienta muy eficaz recomendé Groowe, una utilidad para Firefox que permite buscar hasta en 7 buscadores a la vez.

Como complemento a la conferencia, los asistentes recibieron varios documentos, entre los que destaco mi lista de fuentes de información en Internet de probada utilidad para la empresa, y una versión ampliada de mi "Decálogo del Google Humano", las reglas básicas para sacarle partido a Internet como fuente de información.

En definitiva, pasé un rato muy agradable, me divertí mucho con mi público, y espero haberles dado herramientas para haberles facilitado la vida en la Red. Si eres secretaria y te has apuntado al congreso de Madrid volveré a impartir la conferencia el 22 de octubre.

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jueves, 19 de junio de 2008

Que no te metan un gol con tus fuentes de información

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Actualización (25 de junio):


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domingo, 15 de junio de 2008

El registro de blogueros de la Unión Europea, o el "Principio de Autoridad" a lo bestia

En mis conferencias y en este blog he hablado a menudo de lo importante que considero el "Principio de Autoridad" cuando utilizamos la información. Básicamente significa que no aceptemos ninguna fuente "porque sí", sino porque detrás hay algo fiable. Ese algo puede ser una institución solvente, una metodología probada, unas fuentes de información contrastables, o una persona experta.

Con Internet este principio se hace aún más necesario, porque literalmente publica todo el mundo. La principal diferencia con la "Era Papel" es que antes tener acceso a la publicación en medios físicos (libros, artículos, etc.) estaba muy limitado por costes económicos (vamos, que vale una pasta imprimir y distribuir contenidos en papel), y como era tan caro las entidades que publicaban hacían una importante labor de filtro. En otras palabras, que nos lo pensábamos muy mucho antes de sacar contenidos nuevos. Y si se sacaban, era porque o tenían una calidad incontestable para la entidad que costeaba la publicación, o porque servía a sus intereses, independientemente de su calidad.

Internet cambió las tornas permitiendo la publicación gratuita y la distribución universal. Y a eso se añadió la creación de los archivos RSS, que permitió que fueran las máquinas las que enviaran contenidos personalizados a los humanos. Si a eso le añadimos la necesidad humana por comunicarse, acabamos con un cóctel que está resultado explosivo: los blogs.

Tan explosivo, que hasta ya está tramitándose una normativa de la Unión Europea que aboga por la creación de un registro voluntario de blogueros para que el público tenga la "tranquilidad" de que, cuando consulta a uno de los blogueros "normalizados", la información que reciba esté "libre de intoxicaciones".

¿Qué que opino de esta iniciativa? Pues que en un principio me parece una tontería. Pero si esa tontería se hace realidad puede derivar hacia dos caminos: el positivo, que se convierta ese sello de "bloguero de fiar" en una garantía tipo "Denominación de Origen para el vino", y el negativo, que se convierta en método de control político de la información.

Me explico. Si la UE crea esa denominación de origen de bloguero "gran reserva", mi consejo es que para conseguir tal acreditación se le exija al escritor unos requisitos públicos de calidad y excelencia difíciles de conseguir. Por decir algunos: fuentes de información siempre explícitas, contraste de las opiniones personales con 2 ó más fuentes, comentarios abiertos, identificación del autor, posibilidad de contacto directo con el mismo, etc. Es más, incluso tendría sentido crear distintas "denominaciones" a diferentes niveles para que todo el mundo pudiera asociarse a alguna de ellas. Eso sí, los requisitos deberían ser cuestiones técnicas más que "morales", porque si exijimos que un requisito sea decir "solamente la verdad" entramos en el peligroso terreno de las valoraciones personales, y claro, de ahí al control político queda solo un paso.

La otra vertiente, la negativa, es que la UE quiera controlar al que escribe en Internet. Y por mucho que haya comentarios y artículos de Internet de gente que nos alerta de tal maniobra, yo creo que la situación distará de ser apocalíptica. Primero porque en sus muchos años de existencia la Unión Europea no ha practicado la censura explícita, y no creo que ahora le dé por ahí. Y segundo, porque técnicamente es como beberse el mar a cucharadas: Internet es tan grande que la única manera de controlarlo es cortando la electricidad, no creando clasificaciones de "buenos" y "malos".

Por tanto, como dudo que a la UE le vaya a dar por hacer censura, y como también dudo de que vayan a invertir medios para crear un sello de calidad con garantías como las de, por ejemplo, una titulación universitaria, me reitero en mi primera opinión: otra tontería más de nuestros políticos.

Nota: por si acaso, y como yo soy un bloguero "de fiar", os pongo aquí el informe de la Unión Europea donde se discute ese asunto, y también las enmiendas. Para escribir este post no he leído el documento, sino que me he "fiado" de la interpretación de El País, un periódico serio, creo. Y esto lo escribí en la noble Ciudad de Alcalá de Henares, un domingo con un sol estupendo.

Pa riguroso yo :)

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jueves, 5 de junio de 2008

No eres lo que eres, eres lo que perciben

Ayer recibí un correo electrónico que me ponía a caldo. Provenía de un alto cargo de una empresa en la que estuve. Me ponía de gilipollas para arriba, de soberbio, de fantasma, de hipócrita, de plagar mi web de faltas de ortografía.

Vamos, una ración generosa de odio y rencor. Y eso que en aquella empresa estuve ¡1 día!

Hombre, me ha dolido un poquitín. Pero a estas alturas de mi vida me resbalan muchas de las acusaciones chorras que me lanzan. Máxime cuando mi vida profesional va de éxito en éxito, reconocido por gente que me importa mucho más que el sujeto que me dedicó su mail.

Esto me ha hecho confirmarme en una idea que Andrés Pérez Ortega me enseñó, y que no paro de comprobar: no eres lo que eres, eres lo que perciben.

Este proyecto, "Google Humano", forma parte de mi estrategia para desarrollar mi marca personal. Y no es porque lo diga Andrés, Tom Peters, y otros gurús de la gestión de carreras profesionales, es que yo mismo he comprobado que es una herramienta magnífica para que buenos profesionales destaquemos de entre la masa. A veces destacamos demasiado, pero es parte del juego porque los clientes eligen una marca a menudo por razones completamente irracionales. E igual que hay gente buena que te elige por un cúmulo de percepciones, a veces nos eligen algunos frustrados para lanzarnos su bilis.

Así que, mientras me han invitado a participar en numerosos proyectos y eventos de una manera sorprendentemente rápida (a veces con 2 conversaciones "pillamos" la valía de una persona), me he quedado sorprendido por como una persona, con la que solo interactué durante una reunión de una hora, me tiene el suficiente odio para encontrarme en Internet ¡después de 2 años de aquella jornada! y dedicarme un rato a redactar un correo para saldar cuentas con su orgullo.

Por cierto, en aquel día de marras se me exigió preparar, en menos de un mes, los contenidos de unos 20 cursos a distancia de arte y cultura. Pero lo más "gracioso" era que la tal "escuela de negocios" había vendido los cursos sin tenerlos preparados y tenía ya a unos cuantos alumnos matriculados. Vamos, que habían vendido humo y necesitaban a un angelito que les sacara del aprieto. Y por mil euros al mes. Dividí los cursos entre mis horas de trabajo y me salió que apenas disponía de 3 horas de trabajo de documentación por curso. Ni Supermán con doctorado en Harvard. Aquella misma tarde les llamé y educadamente les dije que buscaran a otro para obrar el milagro.

Por eso duré un día. Pero jolín lo que está cundiendo.

Cosas de tener una potente marca personal.

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martes, 3 de junio de 2008

Estoy de acuerdo con Vinton Cerf: tenemos que repensar la información digital

Vinton Cerf, considerado el "padre" de Internet por haber inventando junto con Robert Kahn el protocolo TCP/IP, vino a España a recibir el honoris causa por la Universidad de Zaragoza y a comentarnos algunas de sus preocupaciones respecto a como gestionamos la información digital.

No puedo estar más de acuerdo con él.

Su principal aviso trata sobre algo que yo (y todos) sufrimos un día sí y otro también: lo fácil que se "evapora" la información en Internet. Basta con que modifiquemos un carácter de una URL, que eliminemos un archivo php o html, o que desaparezca de circulación un programa informático obsoleto para que cualquier información desaparezca. Cerf aboga porque Internet se organice con una infraestructura que no esté basada en las URLs, y eso a lo mejor significa que tienen que haber instituciones al estilo de nuestras bibliotecas o del Internet Archive cuya función sea preservar la información durante mucho tiempo y facilitar el acceso rápido y sencillo a la misma.

Estoy seguro de que cuando se crearon los protoclos de Internet se pensó más en su expansión que en su conservación. Supongo que ni el mismísimo Vinton Cerf pudo precedir que Internet iba a convertirse en el principal proveedor de información del mundo, y es tan consciente como yo de la debilidad de este sistema: si se fueran la luz de unos cuantos ordenadores clave millones de terabytes de datos se esfumarían, mientras que para que desaparezca la misma información en papel tendrían que arder un buen número de bibliotecas sin conexión física entre sí.

Pero Cerf no se queda en este tema tan peligroso. También advierte que los maestros tienen que enseñar a explorar información dentro y fuera de Internet, y hacerles contrastar los datos que se encuentran en la Red. La debilidad de nuestro sistema informativo, por tanto, no solo viene por su naturaleza de impulsos eléctricos, viene también como he dicho varias veces porque nos dejamos seducir por la facilidad con que Internet nos surte con volúmenes de información. Cerf no puede decir más clara esta perogrullada: "Hay información de valor ahí fuera".

Finalmente, Cerf se mete, aunque poco, con el tema de los derechos de autor. Copiar un archivo digital es algo sumamente sencillo, así que los autores tienen que buscar nuevos modelos de negocio (como los gratuitos de los que habla Chris Anderson y que hemos puesto en práctica en Loenviogratis.com) para ser retribuidos por su esfuerzo. Pero que se vayan olvidando del control férreo que aún quieren imponer entidades de gestión. Es como poner puertas al mar.

En definitiva, Cerf nos hace a todos pensar un poco sobre como Internet, por muy maravilloso que sea, tiene en muchos aspectos pies de barro.

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