lunes, 15 de octubre de 2007

¿Pero realmente necesitas tú Internet?



¿Has probado a hacer un huevo frito con un destornillador? Seguro que te sale de pena, que rayas la sartén y que te crispas los nervios intentando ponerlo en el plato. ¿Y si en cambio lo haces con una espumadera? ¡Qué diferencia! Puedes echarle aceitillo al huevo por encima, no rallarás la sartén, y podrás recogerlo fácilmente y sin quemarte.

Y es que hay una herramienta para cada necesidad.

El ejemplo anterior lo entiende hasta el más pintado. Pero si lo pasamos al ámbito de la información veremos que, en no pocas ocasiones, hacemos huevos fritos con destornilladores.

El caso más claro es el indiscriminado uso que hacemos actualmente de Internet. ¿Te has preguntado alguna vez por qué usas esa herramienta para documentarte? Es más, ¿te has preguntado alguna vez si realmente está en Internet la información de calidad que necesitas? ¿O es que simplemente utilizas Internet porque es lo que te obliga a pensar menos?

Te voy a poner un caso. Imagínate que tienes que documentar las causas por las que un proyecto emprendedor fracasa. Evidentemente puedes hacer la típica búsqueda en Google y filtrar resultados, pero en mi opinión una estrategia más rápida y eficaz es usar un libro, como el muy reciente: El libro negro del emprendedor, de Fernando Trías de Bes. ¿Ventajas? Pues que en una única fuente tienes lo siguiente:
  • Un autor de prestigio.
  • Una selección de temas de tu interés.
  • Ciento y pico páginas de contenidos de calidad (no le imprimen a cualquiera)
  • Una bibliografía de referencia para buscar más.
¿Qué quieres saber más? Pues acude a la bibliografía que da Trías de Bes, métete en el OPAC de una biblioteca, encuentra este libro, y haz una búsqueda cruzada por temas, o habla con emprendedores que hayan fracasado o con el propio Trías de Bes o conmigo, que para algo soy el Google Humano.

Evidentemente para hacer todo esto hay que levantar el culo de la silla, ir a una biblioteca o a una librería, leerse un libro más o menos entero, y hacer el esfuerzo de hablar con desconocidos. Pero llevo muchos años en esto para saber que esto funciona mejor que filtrar 1000 resultados de una búsqueda en Internet. Primero porque la información que se consigue es frecuentemente de más calidad, y segundo porque abre más posibilidades de nuevas búsqudas y nuevos contactos que la simple lista de un robot. Porque una lista de resultados de Google es eso, 100 webs elegidas por una máquina que tendrás que consultar y meditar para decidir, antes que nada, que lo que has encontrado ahí te vale para algo.

Tú verás si quieres perder el tiempo en eso.

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