El diccionario de ideas afines: ¡mi tesorooooo!

¿Qué es un diccionario de ideas afines? Pues es un diccionario de sinónimos ... y algo más. Imagínate que estás documentando un proyecto y estás hablando sobre seguros. Si vas a un diccionario de sinónimos como éste y buscas la palabra "seguro" te dará como resultado "salvoconducto, garantía, salvaguardia, fianza". Pero si vas a un diccionario de ideas afines te dirá, aparte de los sinónimos, términos relacionados con el contexto donde se usa esa palabra junto a ejemplos de la misma. Es decir, que esa misma búsqueda puede producir como resultado palabras como "póliza", "cuota", "corredor de seguros" o "seguro a terceros". Si buscas "coche" te vendrá "auto", pero también "carretera", "Seat", "Fórmula 1" y "seguro de automóviles".
Esta herramienta es potentísima, y lo que me sorprende es que sea tan poco conocida y usada. De hecho hasta que Corripio no compiló su diccionario el español era una de las pocas lenguas importantes que no tenía un diccionario de ideas afines. 20 años de ediciones contínuas dan fe de que, quienes lo conocemos, nos enamoramos de él.
¿Para qué te sirve? Pues nada menos que para encontrar palabras. E insisto, no sólo sinónimos; también ejemplos y términos relacionados con el contexto de uso. Sus aplicaciones son múltiples, aunque yo lo uso principalmente para 3 cosas.
- Para encontrar nuevas palabras clave que te permitan refinar tus búsquedas en Internet y bases de datos.
- Para comunicar información con más precisión (por ejemplo en informes) con un vocabulario más rico.
- Para encontrar ideas originales y descacharrantes para que tengan más gancho los textos de márketing.
La segunda anécdota es del año pasado cuando estuve trabajando para el Grupo Eroski. Por si no lo sabéis, están lanzando un nuevo modelo de tienda sobre ocio y cultura familiar que se llama Abac (yo trabajé para la primera de esas tiendas, que está en Vitoria), y curré mano a mano con el departamento de márketing pariendo frases y frases de márketing divulgativo (les encantó una sobre los rotuladores y su origen japonés; otro día lo cuento). Evidentemente el "Corripio" iba conmigo todos los días a la oficina.

Pues bien, a mi lado trabaja nada menos que la Directora de Contenidos de la empresa, una señora con mucha experiencia y algo pesadita con el lenguaje "políticamente correcto". Pues bien, la señora también tenía que parir muchos textos para las actividades que estaba programando para las familias, y como frecuentemente se atascaba se metía en nuestras tiendas, pillaba un diccionario de sinónimos y se lo llevaba a la mesa. Aún así cada dos por tres me preguntaba cosas (como soy de letras...) y yo al final le presté una vez mi Corripio. Se quedó patidifusa, tanto que mientras estuve allí una de las frases que más escuché fue: "Miguel Ángel, préstame porfa ese diccionario de sinónimos tan maravilloso que tienes".
Así que ya sabéis. Olvidáos de los diccionarios de sinónimos al uso (y mucho más de los que están online gratuítos, que son muy malos) y usad el Corripio. Quedaréis de expertos.
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2 comentarios:
Tienes una forma de expresarte, de expresar tus ideas que no va a pasar inadvertida, me encanta cómo tienes tan claro por dónde tenemos que ir... ya sabes, "si sabes de dónde vienes"
Cuando gustes, otra cañita.
Un cordial saludo,
Nando
Pues di que sí, que el libro de Corripio es una maravilla. Yo le he utilizado como diccionario "de cabecera" en más de una ocasión. Todo aquel que lo ve, y tiene que trabajar con las palabras de una u otra manera, se enamora de él.
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